El pasado de la Antártica… ¿Una incógnita develada?

Discussion in 'Historia y Cultura General' started by WOLFPACK, Mar 4, 2018.

  1. WOLFPACK

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    “El Sexto Continente podrá ser suelo estéril para la mayoría de las especies que pueblan el planeta, pero es tierra fértil para la imaginación. Por ejemplo, libros y películas como At the Mountains of Madness (1932), The Thing (1982) o Depredador vs. Alien (2004) dan muestra que lo inverosímil y lo utópico se asocian en nuestras mentes a este territorio. Sin embargo, la verdadera historia de la Antártica supera con creces la más sofisticada fantasía, y la historia de los seres vivos que la han poblado reta a la credibilidad humana. En este artículo se desarrollan algunas teorías que dan cuenta de la historia natural común entre este territorio y el resto de los continentes.

    “En el extremo sur de Sudamérica, a lo largo del margen oeste de la cuenca de Magallanes, se formó la cuenca marginal de Rocas Verdes, la que se comenzó a abrir hace unos 150 Ma. Una expansión del fondo marino tuvo lugar más al sur, en el proto mar de Weddell, al este de la cuenca de Larsen. Resulta probable que, durante el Jurásico superior, la península Antártica haya sido un arco de islas que fue emergiendo durante el Berriasiano, hasta convertirse en una barrera a la circulación marina.

    “En términos de la relación de Sudamérica y la Antártica, a comienzos del Cretácico se encontraba plenamente vigente la cuenca marina de Rocas Verdes, una barrera natural para la dispersión de organismos terrestres, pero un corredor para las especies marinas. El establecimiento de puentes biogeográficos marinos donde no los había, estimulando el intercambio de especies, explica lo singular de los depósitos marinos de la formación Zapata, en las rocas adyacentes al glaciar Tyndall del Parque Nacional Torres del Paine. Los reptiles marinos hallados en dicha área de la Patagonia chilena representan los individuos más australes del extinto Orden Ichthyosauria, grupo muy especial de reptiles delfinoides. Los ammonites presentes como parte de la fauna acompañante indicarían una edad Barremiano-Hauteriviano (~130 Ma) para sedimentos que se depositaron en un ambiente marino de más de 1.000 metros de profundidad, en la boca de un cañón submarino que cortaba la plataforma continental.

    “Madera parcialmente incrustada, además de ramas e improntas de hojas, indican que los depósitos, a pesar de su profundidad, estaban en proximidad de la costa. (…) Se ha logrado identificar al menos cinco eventos de mortalidad de ictiosaurios, representados por capas con numerosos esqueletos y restos óseos. Los depósitos fosilíferos del glaciar Tyndall se hallan en un área clave para la paleobiogeografía. Posibles rutas de migración de fauna marina incluyen el Corredor Hispánico, que en términos biogeográficos, sería el análogo del canal de Panamá, conectando los mares interiores de Europa con la costa occidental del Gondwana.

    “Unos 20 millones de años después de la formación de los depósitos del Tyndall, otro evento clave para la formación de la biota actual tuvo lugar a escala global: la aparición, radiación y dispersión de las angiospermas. Durante el Albiano (112-99.6 Ma) las angiospermas ya estaban presentes desde el Artico a la Antártica, pero eran ecológicamente dominantes solo en zonas confinadas. Hacia el Cretácico superior, las angiospermas infiltraron progresivamente la vegetación preexistente, pero las gimnospermas, helechos y esfenófitas seguían siendo los elementos dominantes de los elencos vegetacionales mesozoicos. Un aspecto interesante es, entonces, que la radiación de las angiospermas fue un fenómeno que coincidió con el último ciclo de la fragmentación de Gondwana. La interacción de estos dos eventos determinantes, jugó un rol decisivo en el establecimiento de los patrones de distribución disjunta de muchos grupos de plantas en todo el hemisferio sur.

    “Las investigaciones han llegado a notables conclusiones, como que durante este lapso, el área polar sur era mucho más fría que la misma latitud en el hemisferio norte. Ello explicaría las diferencias en composición de la flora, mayoritariamente de hojas deciduas (que pierden las hojas en invierno) en el norte, y mayoritariamente perennes (siempre verdes) en el hemisferio sur. Lo que parece una mera casualidad, en realidad responde a un problema fisiológico que deben afrontar los ecosistemas con fotoperíodos tan marcados: inviernos con más de 60 días de oscuridad casi absoluta y veranos con luz día de más de 20 horas diarias. La combinación de frío más oscuridad estacional habría favorecido la flora perennifolia, que no habría requerido de energía adicional para producir nuevo follaje a la espera de la luz del verano. Otro factor, frecuentemente esgrimido para explicar los aparentes endemismos del Cretácico de la península Antártica, es la existencia de zonación latitudinal tanto en la flora como la fauna, basándose en que la temperatura es el factor biogeográfico más importante. Bajas temperaturas durante el Albiano parecen encajar bien con el desarrollo de biotas singulares.

    En sus comentarios finales, al autor afirma que “existen paralelismos entre la flora y fauna Maastrichtiana del norte de la península Antártica y el norte de la Región de Magallanes, con grupos que evidentemente muestran una conexión terrestre hacia fines del período. La península Fildes, isla Rey Jorge, es una de las áreas en la Antártica de mayor interés paleontológico, debido a la presencia de afloramientos con restos fósiles de una amplia gama de organismos, incluidas icnitas de vertebrados e invertebrados, impresiones de hojas y frondas, troncos, y granos de polen y esporas que datan del Cretácico superior al Eoceno”.

    “Después de pasearme, sin vergüenza, por millones de años de historia antártica, y después de saber que los bosques abandonaron el Continente Blanco hace no más de 9 millones de años, sólo queda ratificar la frase de 2.700 años de antigüedad: acuñada por el sabio griego Heráclito ‘El Oscuro’: ‘Nada es permanente, excepto el cambio…’”.

    https://laprensaaustral.cl/ciencia/el-pasado-de-la-antartica-una-incognita-develada/
     

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